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Para ser la primer película de su director, Accattone (Pier Paolo Pasolini, 1961) es buena… muy buena. Una historia de la clase marginal con su tragedia, malicia y la siempre terrible resignación. Con un protagonista sin cualidades redentoras y una indiferencia nacida de la sociedad indiferente que le ha moldeado.
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Vimos Pearl (Ti West, 2022) el mismo día que vimos The Whale, al menos a mí me sirvió para aligerar el ánimo que me quedó tras ver la película de Aronofsky. Se promociona como slasher pero logra balancearse con el drama de la historia que se ubica a finales de la Primera Guerra Mundial. También me gustó el resultado de la estética retro (los colores, las tomas… ¿las lentes?) en el metraje.
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Hubo varios momentos en los que esta película me hizo llorar, no es raro que lo haga, entiendo la forma en la que se estructuran los guiones y no tengo mayor problema en identificar esas escenas y diálogos que están ahí para hacer que el espectador suelte alguna lágrima y seguido me dejo llevar para soltar lo que traigo dentro gracias al Cine. Pero con The Whale (Darren Aronofsky, 2022) lloré de forma incontrolable al final mientras rodaban los créditos.
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Vi Hellboy (Neil Marshall, 2019) porque pensé que no podría ser tan mala como decían las críticas… resultó decepcionante. Me deja la sensación de que trataron de copiar algunos aspectos de la versión de Guillermo del Toro pero pasado por un filtro más “edgy” teniendo un resultado fallido; siendo fan del Memo debo admitir que tampoco es que me encante su versión. Espero que para las próximas películas Mike Mignola tenga más control creativo sobre su personaje.
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La Ricotta (Pier Paolo Pasolini, 1963) es un cortometraje ¡con Orson Wells! Bueno, tampoco es que Wells tenga muchas líneas pero siempre es un gusto verlo donde sea. Una troupe de actores y técnicos montan la escena de la crucifixión de Jesús mientras dan muestras de no tener un mínimo de consideración al aspecto religioso. Entre todo el protagonismo coral seguimos al actor que interpreta a Dimas y sus desventuras para comer un almuerzo. Forma parte de la película Ro.Go.Pa.G. (1963) compuesta por cortometrajes dirigidos por Roberto Rossellini, Jean-Luc Godard, Pier Paolo Pasolini y Ugo Gregoretti.
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Por mucho tiempo La Maestra de Kínder (Nadav Lapid, 2014) estuvo en mi lista de películas por ver. En un principio pensé que era oootra película del maestro que ayuda al alumno a superarse pero después de ver el trailer me quedó la sensación de que no era exactamente así… ¡qué turbia y oscura me ha parecido! por eso mismo me ha gustado. Como otras buenas películas tiene un remake gringo que probablemente nunca vaya a ver.
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Por el título, habría pensado que La Asesina (Hou Hsiao-Hsien, 2015) tendría más acción pues me apareció como recomendada cuando vi La Villana, contrario a eso, es más bien una película romántica de época… con buenos espadazos, eso sí. Otra película con buen ritmo lento.
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Pajarracos y Pajaritos (Pier Paolo Pasolini, 1966) es una comedia satírica protagonizada por el célebre comediante italiano Totò y Ninetto Davoli (quien intenta seguirle el ritmo a su pareja, spoiler, lo hace bien). El director se mete con la Iglesia Católica, ensalzando la figura de San Francisco de Asís y las teorías marxistas, mientras se burla de la hipocresía y las contradicciones de la sociedad italiana de la época… que resulta no ser muy diferente de la nuestra. Un extra: La banda sonora es compuesta por Ennio Morricone.
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Llegué a Juan Moreira (Leonardo Favio, 1973) por medio de Un Poco Sucio, podcast de Historia argentina que escucho con regularidad. En el programa dedicado al director también se menciona a Nazareno Cruz y el Lobo, película que pienso ver pronto. Me llamó la atención que los conductores describieron a Juan Moreira como la antítesis de Martín Fierro, ambos gauchos venidos del universo literario pero Moreira siempre el rebelde, haciendo lo que sea necesario para sobrevivir sin objeciones de orden moral.
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Jonas Carpignano continúa su trilogía de películas ambientadas en la región de Calabria. En A Ciambra (Jonas Carpignano, 2017) seguimos a Pio Amato, personaje secundario de Mediterranea (2015) mientras pasa por el rito que le lleva de la niñez a la madurez; en la comunidad gitana donde vive la familia es lo primero y Pio tendrá que adherirse a ese principio cuando su padre y su hermano mayor vayan a la cárcel y sea él quién deba proveer el sustento de casa. Ayiva, el personaje principal de Mediterranea pasa a ser secundario en esta historia y aunque en un primer momento no lo parezca, tendrá mucho que ver en el cambio en la vida de Pio. Tanto el personaje como el actor que le interpreta tienen el mismo nombre, no solo eso, su familia en la ficción es su familia en la vida real.
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Dos historias narradas desde dos tiempos distintos, sin relación aparente (más allá de que los protagonistas son outsiders) se presentan en Pocilga (Pier Paolo Pasolini, 1969). Dos personas sin lugar en la sociedad logran sobrevivir por algún tiempo antes de llegar al inevitable destino que desde siempre les aguardaba. En una historia, el movimiento de la cámara en planos cerrados es determinado por el movimiento de los personajes que permanecen casi siempre mudos a excepción de algunos gemidos, gritos y otros sonidos guturales; mientras que en la otra, la cámara se queda fija en planos abiertos con personajes que hablan y parlotean hasta la saciedad.
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Con esta película de 1971, Alan J. Pakula abre su “trilogía de la paranoia”. Las siguientes son The Parallax View (1974) y All the President’s Men (1976), como no es necesario verlas en orden hace meses vi The Parallax View. Klute tiene un ritmo lento pero no por eso deja de ser interesante; uno no tiene que poner mucho esfuerzo en resolver el misterio inicial que pasa a segundo plano (al igual que el personaje que da título a la película) para centrarse en Bree Daniels (el personaje de Jane Fonda).