Siempre habrá un rinconcito en mi corazón de hormigón para una buena historia de vampiros ambientada en el New York de la década de los setentas.

Muertos de Segunda
The Lesser Dead
Christopher Buehlman
Hermida Editores
382 páginas
Terror
ISBN13: 9788412551983
Nueva York, 1978. La gran manzana se ha convertido en un lugar demasiado sucio y peligroso para vivir… y morir. Joey Peacock lo sabe mejor que nadie, pues ha dedicado los cuarenta años de su vida como vampiro adolescente a perfeccionar la rutina de la que disfruta: ligar en clubes y discotecas de moda, cazar de noche y dormir durante el día con otros congéneres en el peligroso laberinto que se extiende en el subsuelo de la ciudad. La red de metro es su hogar y el medio con el que recorre Manhattan para desangrar a los incautos en Central Park, en los asientos traseros de los taxis e incluso en sus propios apartamentos, cuando la televisión los tiene tan idiotizados que ni se dan cuenta de que están abriendo sus ventanas. A Joey la vida le resultaba casi demasiado fácil, lo que no podía decirse de los neoyorquinos vivos.
Hasta esa noche en que los descubrió cazando en su amado metro: dulces niños de ojos alegres, vampiros como él… o quizá no exactamente como él. Sea cual sea su naturaleza, sea cual sea el significado de su aparición, los muertos vivientes de los túneles de Manhattan no volverán a conocer la seguridad. Y mucho menos los neoyorquinos vivos.

Antes, dos apuntes
Uno: No entiendo como hay gente que tiene por costumbre leer antes de dormir, siempre me ha parecido una pésima idea y algunas de las mayores desveladas en mi vida dan cuenta de ello. Como soy humano (aún) y caigo en los mismos errores, tuve el mal tino de empezar este libro una noche después de terminar mi jornada, no me apetecía mirar ninguna película, ni escuchar música. En mi defensa debo mencionar que era relativamente temprano, pero después de estar leyendo sin parar volví a mirar el reloj ¡y ya era de madrugada! Hace tiempo que no me topaba con un libro que me atrapaba tanto como para perder la noción de las horas y querer seguir sin pausa hasta terminar.
Dos: Dentro del mundo de los monstruos definitivamente mi figura favorita es la del vampiro, no es ninguna coincidencia que los haya elegido como “villanos” para Nahual. Son muchas las versiones vampíricas que la Literatura y los Medios Audiovisuales nos ofrecen pero mis favoritas son las que presentan una figura trágica cuya condición sobrenatural se encuentra más cercana a una maldición con la que tienen que cargar por el resto de su existencia, adoptando casi siempre un compás moral que desde nuestro punto de vista los vuelve seres malvados.
Ahora sí, la obra
Buehlman escribe una novela (publicada en 2014) que nos sumerge en el oscuro y peligroso mundo vampírico en la Nueva York de finales de los setentas desarrollando buena parte de la trama entre las estaciones y los túneles del metro que un pequeño clan de vampiros ha adaptado como un hogar con ciertas comodidades, la imaginé ambientada de manera similar a The Warriors, la película de Walter Hill de 1979 (basada en la novela de Sol Yurick). El protagonista de esta historia es Joey Peacock, un vampiro adolescente que ha vivido durante cuatro décadas perfeccionando su rutina nocturna de cazar y alimentarse de los incautos en los rincones más sombríos de la ciudad. El metro se convierte en su hogar y en una vía para encontrar presas, desde turistas desprevenidos hasta ciudadanos que están tan absortos en la televisión que ni siquiera notan su presencia. Sin embargo, la vida más o menos cómoda de Joey da un giro cuando descubre a otros vampiros cazando en su territorio.
Me encanta la versión de estos monstruos nocturnos que presente el autor, con su conjunto de reglas y características que muestran un lado más humano a pesar de su naturaleza sobrenatural, esto ayuda a tejer una historia cautivadora, a mantener una tensión constante, y de paso a hacer un comentario sobre la lucha de clases (el autor critica la desigualdad y la riqueza concentrada en la sociedad, demostrando que incluso en la vida después de la muerte, los privilegios y oportunidades se distribuyen de manera desigual) y sobre la naturaleza verdadera de los conflictos bélicos en toda la Historia:
No vayas a creer que esto tenía que ver con la defensa de los sagrados valores morales y los derechos de los niños, aunque así fue como se disfrazó. Ninguna guerra se declara oficialmente para quitarle la mierda —ya sea petróleo, tierra o dinero— a otro pueblo; oficialmente, siempre se trata de la libertad o de Dios o de salvar a alguien. Hablar de vengar algún agravio funciona bastante bien.
Muertos de Segunda | Christopher Buehlman
Peacock conserva, en su mayoría, la mentalidad de un adolescente de 14 años (edad a la que fue transformado en la década de 1930) mientras que la actitud infantil de los villanos es solo un teatro bien montado conservando poco de inocencia y mucho de turbio en una niñez rota por una fuerza anónima, este hilo sobre los problemas de transformar menores en vampiros me ha recordado a Låt Den Rätte Komma In (Déjame Entrar), la novela de John Ajvide Lindqvist que fue adaptada al cine en 2008.
En la parte final somos testigos del enfrentamiento brutal (lleno de acción y peligro) entre el clan de Peacock y los vampiros que han invadido su territorio en el metro de Manhattan, una lucha desigual que no tiene pinta de terminar bien para el protagonista. Afortunadamente, a pesar de las pérdidas todo acaba relativamente bien para Joey Peacock…
¡Spoiler!
…a menos que decidas seguir leyendo después del “FIN”.
Un apunte extra…
Llegué a este libro gracias a que fue reseñado en el episodio 45 de Todo Tranquilo en Dunwich…

Todo tranquilo en Dunwich 45 – Una cita con los cenobitas – Todo tranquilo en Dunwich
…donde además hubo una mención a mi persona pues hace meses les envié este boceto que esperaba convertir en una ilustración en toda regla para los últimos días del pasado octubre:

Como obviamente no he podido cumplir con mi cometido quiero continuar con ello a lo largo de las siguientes semanas, aprovechando para mostrar el proceso de creación de la imagen final en este espacio, aportando algo más a la categoría “Process” que no tiene tantas entradas como quisiera. Pensaba que octubre me encontraría sin trabajo ni pendientes pero resultó ser el mes en el que empecé a organizar un proyecto del que espero poder mostrar algo a inicios de 2024.
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