Hace dos semanas me tomé el tiempo para ver (¡por fin!) el primer largometraje dirigido por Hayao Miyazaki, seis años antes de establecer el Estudio Ghibli de manera formal.

Lupin III: El Castillo de Cagliostro
Rupan Sansei: Kariosutoro no Shiro
Hayao Miyazaki
1979 | 01h 40m
Japón
Animación, Acción, Aventura
IMDB
Lupin, un galante ladrón, y su compañero, el pistolero Jigen, viajan al pequeño ducado europeo de Cagliostro. Allí ayudarán a la princesa Clarisse, que intenta librarse del temible Conde Cagliostro, e intentarán resolver el misterio de un tesoro oculto que data del siglo XV.

Pero antes de eso, y para tener alguna clase de referencia sobre Lupin III y el mundo que le rodea, me puse a ver la primer serie animada, transmitida a partir de 1971 y con la mayoría de episodios dirigidos por el propio Miyazaki. Las series y películas del personaje se basan en el manga creado por Monkey Punch (alias del mangaka Kazuhiko Katō), publicado por primera vez dentro de la revista Weekly Manga Action en 1967.
La serie de 1971
Antes de ver la serie, lo único que sabía de Lupin III era que:
- Se trata de un carismático ladrón enmarcado en los arquetipos del Pícaro y el Antihéroe.
- Obviamente es descendiente del Lupin de las historias de Maurice Leblanc.
- Miyazaki había estado involucrado en la serie animada de los setentas.
La serie completa que puede ser vista en YouTube es la misma que se encuentra en Prime Video, con doblaje latino en donde Arsène Lupin III es Aramis Lupán III, Daisuke Jigen es Julián, Fujiko Mine es Vanessa, Goemon Ishikawa XIII es Ramón, y el Inspector Zenigata es… el Inspector Zúñiga. En un principio, pensé que esos nombres se debían a aquella supuesta ley (¿…?) que en algún punto del siglo XX se implementó a través de la Secretaría de Educación Pública en México a la hora de traducir nombres de personajes de producciones extranjeras cuyo fin era proteger nuestro idioma, esa presunta ley nos dio “maravillas” como Bruno Díaz en lugar de Bruce Wayne y Ricardo Tapia en lugar de Dick Grayson. Es algo que no me he puesto a investigar y no sé si se trata tan solo de un bulo, después de todo, personajes de otras producciones, como Mazinger Z (por nombrar alguna al azar y de la misma época) han conservado sus nombres originales.
Aunque aquella ley o reglamento hayan sido reales, no son la razón del cambio de nombres en Lupin III, me llevé una sorpresa al descubrir que la serie llegó a estas tierras a través del canal Locomotion… ¡en 1997! En realidad, los nombres fueron cambiados debido a políticas que tenía la productora TMS (Tokyo Movie Shinsha) sobre sus series dobladas en Los Ángeles, ¿tendrá que ver con que el Lupin original de Maurice Leblanc aún no era del dominio público en varias partes del mundo? El opening que se hizo para la versión latinoamericana combina una letra hecha para la ocasión con una pieza de música incidental de la serie:
La vida de Lupin es un misterio. Heredero de un gran imperio. ¡Damas! ¡Cuatreros! ¡Pistolas! ¡Rateros! El aventurero no les temerá. El aventurero siempre triunfará. Su vida esta llena de peligro. Enfrentará sin miedo al enemigo. ¡Damas! ¡Cuatreros! ¡Pistolas! ¡Rateros! El aventurero no les temerá. El aventurero siempre triunfará.
En los primeros episodios Lupin es un asesino absolutamente amoral, con una lujuria sin límites hacia la mayor parte del género femenino (en particular, Fujiko) y sin ninguna clase de lealtad con sus socios, en una serie llena de violencia gratuita. La idea que me había hecho del protagonista quedó destrozada, pero conforme avanzan los capítulos, se empieza a notar la mano de Miyazaki y su equipo, que hacen el trabajo necesario para ir moldeando al Lupin III de carisma particular.
La película de 1979
Para cuando llegamos a El Castillo de Cagliosto, Arsène Lupin III sigue siendo un pícaro pero ahora lo de antihéroe tiene mayor peso, en realidad es más “héroe” que “anti”. Es evidente que hay elementos reciclados del capítulo 10 de la serie de 1971 dentro de este largometraje, ¡incluso comparten la escena que da inicio a la historia! En ambas, Lupin y Jigen acaban de cometer un atraco que les deja las manos llenas de billetes, después del subidón de adrenalina se dan cuenta de que los billetes son falsos, los sueltan en medio del camino para luego dirigirse al lugar de origen del dinero falsificado, también tienen como escenario una ficticia y pequeña nación europea (Reino de Kowalski, Ducado de Cagliostro) que alberga un villano con título nobiliario (un barón, un conde) y una figura femenina, familiar del villano, con alguna clase de aprecio hacia el ladrón protagonista. También hay una escena con maquinaria de relojería de gran tamaño, otra que tiene lugar sobre la carátula de un reloj gigante y un Lupin que ha visitado ese país con anterioridad.

La manera en que el director y su equipo van armando el ritmo de cada escena resulta impresionante, sobre todo cuando te enteras que la producción tuvo una duración de tan solo cinco meses. Me gustaría mucho leer el guion original para ver cuanto del resultado final ya estaba contemplado. No es solo la intro con ese ritmo lento que va mostrando los créditos mientras toca una música casi nostálgica, ni la secuencia de acción trepidante con la (ahora) mítica persecución de autos. La calidad de los fondos y la paleta de colores elegida me encantan, si tengo que mencionar algo negativo pues sería que los esbirros del villano resultan ser solo humanos normales con armadura ligera, por la forma de moverse y las habilidades de combate cuerpo a cuerpo imaginaba que serían una especie de mutantes o algo así… aunque es verdad que eso no sumaría nada a la trama.
Algo que llama mi atención es la manera fraternal en la que Lupin se relaciona con Clarisse, muy alejado de la forma en la que se relacionaba con las mujeres en aquellos primeros episodios de 1971. En momentos intenta calmarle quitando el peso al peligro, como lo haría un Pícaro, pero con la gentileza y el cuidado de un Héroe. Es significativo el beso de despedida, o más bien, la forma en la que cada cual piensa ese beso antes de darlo o recibirlo. El inspector Zenigata tiene sus momentos, bien podría ser tan solo el “policía inepto” que persigue al “ladrón listo”, pero desde 1971 se presenta como un oficial competente (¿es así en el manga?)… el problema es que casi siempre Lupin va un par de pasos adelante. Hay una trama política con Zenigata al centro que refleja las formas en las que funciona el mundo real y la frustración de un agente honesto al que le han enseñado obedecer órdenes por encima del cumplimiento de la ley. Me encanta como está montada la escena que cierra todo, con un ritmo dinámico pero sin diálogos y una música calmada de fondo que te lleva a imaginar que estamos siendo testigos de un recuerdo.









A pesar de que se desprende de una serie, la historia de El Castillo de Cagliostro es autocontenida por lo que no es necesario haber visto nada más, de hecho, opino que esta película es un excelente punto de partida a las historias de Lupin III y a la obra de Hayao Miyazaki.
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