
Después de ver Moonrise Kingdom (Wes Anderson, 2012) recordé que hay dos clases de directores: Los que filman distintas películas y los que filman la misma una y otra vez. En este caso me refiero solo al aspecto visual, misma paleta de colores, mismos encuadres, etcétera; cuando ves una película de Anderson ya sabes que esperar. Lo mismo me sucede con Aki Kaurismäki y hasta el momento ninguno de los dos me ha decepcionado, aunque no me atrevería a ver un maratón de películas de Wes Anderson.
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