Los primeros videos que me dejaron fascinado mientras navegaba por Vimeo hace años fueron las dos partes de Lucía, Luis y el Lobo producidos por Diluvio, la misma compañía detrás de La Casa Lobo, el largometraje que por estas fechas se encuentra en algunos cines mexicanos. Gracias a Mubi pude ver Lucía, otro largometraje en el que estuvieron implicados y que se puede ver gratis siguiendo este enlace.

Todo esto viene a cuento porque en el 2014 Diluvio y Niles Atallah realizaron el videoclip de El Ogro, single de Orangután, el segundo álbum del cantautor chileno Tomás González. Y si el trabajo de Diluvio es bueno el de Tomás no se queda atrás. Orangután es de esos álbumes que puedo estar escuchando en loop por horas al ver reflejado entre sus letras parte del mundo que me rodea, sobre todo en La Triste, Nunca Más y Llorar.

Con una decena de músicos, influencia de Salif Keïta, guitarras en loop, percusiones del nordeste brasileño, bronces y balafón -marimba de calabazas-, la música juega con el contraste: ilumina los terrenos sombríos por los que transitan los personajes. La mayoría  de ellos nacidos del impacto que le causó a González -compositor  de obras teatrales como Neva y La reunión- leer sobre los campos de concentración de Siberia en El Imperio, de Ryszard Kapuscinski. En Orangután, ese horror está presentado con metáforas animales. Por un lado, el orangután aterrorizado en la selva, testigo de su extinción. Por el otro, el ogro que empuña la escopeta, graficado como una sombra que viaja entre los hombres en el excelente video de Niles Atallah  para “El ogro”, primer single del disco.

Nicolás Alonso / Qué Pasa

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